El entrenamiento funcional (functional training) es la forma básica de mejorar la postura, la eficiencia en el deporte o de cualquier movimiento que se haga en la vida cotidiana. No se trata de una moda pasajera sino que se trata de una manera excelente de mantenerse en forma, mejorar la salud y el bienestar.
La civilización ha pasado de estar en movimiento de manera natural, a tener que entrenar para no caer en el sedentarismo. Si apenas nos movemos, hay riesgo de osteoporosis, los músculos y las articulaciones se vuelven débiles, empeora el riego sanguíneo y aumenta el peso corporal. Además, el ejercicio estimula la liberación de endorfinas aliviando la depresión y la ansiedad, generando sensación de bienestar.
Ejercicio o entrenamiento funcional
El ejercicio o entrenamiento funcional debe respetar la función articular y prevenir la adquisición de patrones motrices erróneos. Si alguna parte del movimiento que realiza el ser humano falla, el individuo tendrá que compensarlo con otro movimiento que puede producir una lesión. Por tanto, buscaremos que el sistema neuromuscular no tenga que recurrir a otro movimiento erróneo para compensar la disfunción.
Pongamos un ejemplo. Si ejecutamos una sentadilla, ¿por qué hay personas que no pueden bajar con la espalda recta? Quizás pueda ser porque no haya una buena dorsiflexión de tobillo (movilidad articular), porque los flexores de cadera estén acortados o simplemente porque la posición de partida esté mal hecha. Realizar este ejercicio tan bueno para los cuádriceps, glúteos e isquiosurales, puede ser fatal para la zona lumbar si no se trabaja de manera correcta. Y se podrá llegar a la manera correcta partiendo de una progresión que llegará a ser más o menos profunda dependiendo de cada individuo.
Ejercicios de movilidad, de potencia, de estabilidad y de fuerza
Los ejercicios seguirán patrones de movimientos naturales con cargas y número de repeticiones diferentes, haciendo trabajar todas las cadenas musculares. Esa es una de las diferencias con el entrenamiento en sala, donde los músculos se ejercitan aislándolos, llegándose a descuidar otras zonas del cuerpo.
Ventajas del entrenamiento funcional
El entrenamiento funcional es fundamental para todos. Es bueno para los que nunca han hecho deporte y para cualquier atleta. Las mejoras son significativas ganando habilidades tanto en el ámbito deportivo como en cualquier movimiento que se haga en la vida cotidiana. Los beneficios se ven rápidamente ya que se aumenta la fuerza, se mejora la respiración, la flexibilidad, la estabilidad, el equilibrio y la autoestima.
Se ejercita el cerebro
Al realizar ejercicios de acondicionamiento físico funcionales de manera regular, el cerebro aprende el movimiento para repetirlo después en otras circunstancias.
Los ejercicios se adaptan según el nivel del atleta
No todos deben hacer el mismo ejercicio, ni el mismo número de repeticiones, ni trabajar con la misma carga. El movimiento final se conseguirá mediante progresiones.
El trabajo funcional aumenta la flexibilidad y la coordinación general
A medida que se mejore el rango de movimiento, las actividades diarias se volverán más fáciles.
Higiene postural
Se utilizan al mismo tiempo múltiples músculos y cadenas musculares para progresar en fuerza y equilibrio, haciendo que se mejore la postura general.
Por último, este entrenamiento es una forma de reducir el riesgo de lesiones y de estrés. Al entrenar de manera funcional, los músculos y ligamentos se fortalecen ayudando a las articulaciones. Es una buena forma de evitar lesiones.
Cuerpos atléticos y equilibrados
Si buscas tener un cuerpo como Arnold Schwarzenegger, no lo conseguirás con este tipo de entrenamiento. Necesitarías algún suplemento alimenticio y llegar constantemente al fallo muscular.
El entrenamiento funcional (functional training) lo que persigue es mejorar la forma física. Para ello te sentirás más ágil, perderás grasa y quemarás calorías si lo acompañas con un buen plan nutricional.